JUCIL reclama mayores medidas de seguridad en el aeropuerto de Barajas que impidan nuevas fugas de inmigrantes inadmitidos
La asociación profesional resalta las ineficientes condiciones en materia de riesgos laborales en las que se lleva a cabo el trabajo por parte de los guardias civiles encargados de la custodia de las personas con orden de devolución a sus respectivos países
JUCIL solicita a través de una petición remitida a la Dirección General de la Guardia Civil que se dote a los guardias civiles de medios y equipos de protección y reacción adecuados
La asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) ha elevado un escrito al director general, Leonardo Marcos, en el que reclama que se refuercen las actuales medidas de seguridad en las salas de inmigrantes inadmitidos en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid Barajas, ante los serios problemas de riesgos para la salud observados y que hasta ahora no han sido atendidos a pesar de los varios escritos internos dirigidos por los guardias civiles a lo largo de los últimos meses. “Esta asociación mayoritaria de la Guardia Civil ha tenido conocimiento a través de sus asociados del posible incumplimiento en materia de prevención de riesgos laborales que viene sucediendo en el Aeropuerto Internacional Adolfo Suárez (Madrid Barajas) desde la llegada masiva de inmigrantes al lugar”, señala el escrito firmado por Melisa Carmona, vocal del Consejo de la Guardia Civil por JUCIL y responsable del área de Riesgos Laborales. “Dicha situación ha ido a peor con el paso del tiempo.
Ante el aluvión de migrantes, los guardias civiles allí destinados informaron de la situación mediante notas internas que han desoídas sistemáticamente” resalta Carmona.
JUCIL considera que este problema aumenta y la gravedad de esta exige la adopción de medidas urgentes en diversos sentidos, como la modificación de las infraestructuras que se utilizan y la inseguridad de que los allí reunidos puedan acceder a las pistas de forma imprevisible y comprometer la seguridad aérea.
La seguridad ciudadana está comprometida
También están en peligro tanto la seguridad ciudadana, puesto que se trata de personas de las que se desconoce su filiación y, por tanto, sus antecedentes en sus países de origen, como la seguridad sanitaria, al desconocer si pudieran ser portadores de algún tipo de enfermedad.
JUCIL resalta que en estos últimos meses se han producido fugas de personas ubicadas en las salas de inadmitidos. “Se planteó por los guardias civiles sustituir la cristalera en determinados puntos y elevarla en otros, a fin de garantizar la seguridad. Ni AENA ni los responsables del Cuerpo han atendido la medida. En su lugar se ha procedido a situar vigilancia privada en determinados puntos fijos.
Actualmente se ha ubicado al personal de la Guardia Civil en esos puntos, si bien no se les dota de arma larga obviando lo comprometida que está su propia seguridad, pero tampoco de ningún lugar donde sentarse, desatendiendo los factores de riesgo ergonómico que ello genera. En ocasiones, los puntos los cubre un único efectivo, sin apoyo de ningún tipo, exponiendo su integridad física y pudiendo ocasionarse un fallo de seguridad en cadena al no haber ningún otro agente que pueda asistirlo con la premura necesaria en caso de surgir alguna urgencia” narra Carmona en el escrito remitido a la Dirección General.
Por todo lo anterior, JUCIL solicita se proceda, de manera urgente, a realizar las actuaciones oportunas para terminar con las situación y riesgos existentes, y en especial:
- Que se ordene a las compañías aéreas en las que desembarcó este personal su rápida devolución a destino.
- Que, adicionalmente, se instalen en la zona indicada cristaleras de seguridad hasta la altura del techo, evitándose así fugas y accesos indebidos a la zona nacional.
- Que se refuerce la seguridad privada del aeropuerto y, en cualquier caso, se dote al personal de la Guardia Civil actuante de medios y equipos de protección y reacción adecuados.
