• ¿Cómo fue el incidente en el que resultó herido y cómo cambió su vida?
  
  

Ocurrió el 5 de octubre de 2013, mientras patrullábamos en Yuncos (Toledo). Un ciudadano nos alertó de un coche sospechoso cerca de un Mercadona. Al localizar el vehículo, me bajé para identificarlo, y en cuestión de segundos salieron tres personas armadas. Me dispararon en el cuello y quedé tetrapléjico. También hirieron a mi compañera.

La vida me cambió radicalmente. Aceptas tu trabajo por vocación, pero nunca esperas que algo así te ocurra. Hoy sigo adelante gracias al deporte adaptado, el estudio y la voluntad de no rendirme.

• ¿Qué apoyo recibió por parte de la Guardia Civil y las instituciones? ¿Fue suficiente?

La Guardia Civil se portó bien. Mi caso fue mediático y me ayudaron a tramitar la pensión. También hubo compañeros que se volcaron. Sin embargo, en situaciones así, todo apoyo parece poco. Tuve que luchar para recibir ayudas del Estado que ahora ya están reconocidas para casos como el mío. Pero nadie debería tener que pelear tanto después de haberlo dado todo.

• ¿Cómo ha sido su proceso de adaptación a la nueva situación de discapacidad? ¿Ha encontrado barreras para reincorporarse al trabajo?

Los primeros años fueron muy duros. Pero aprendí a ver la silla no como un obstáculo, sino como parte de mi vida. En aquel momento no había opciones de reincorporación con discapacidad. Hoy eso empieza a cambiar, y es fundamental seguir avanzando.

• Desde JUCIL luchamos porque no se olvide a quienes han dado tanto en acto de servicio. ¿Cree que hay suficiente reconocimiento —moral y material— a los compañeros con secuelas permanentes?

En mi caso, sí. Especialmente los primeros años, sentí mucho apoyo. Pero también ahora, cada vez que hay un acto, intento estar presente. En la patrona, muchos compañeros me piden que sea yo quien les imponga la medalla cuando son condecorados. Es un gesto que me emociona y que me hace sentir muy querido dentro del Cuerpo. A nivel moral, el respaldo de los compañeros siempre ha estado ahí. En lo material, las carencias son evidentes. Ayudas como las del ISFAS existen, pero no cubren todo lo necesario, especialmente cuando hablamos de elementos como sillas especiales para deporte. Si quieres mantener una vida activa, muchas veces tienes que asumirlo tú solo.

• ¿Qué cambios urgentes pediría al Ministerio del interior en materia de protección, asistencia y derechos para los guardias civiles que sufren discapacidades en acto de servicio? ¿Qué le diría al Ministerio del Interior?

Es necesario crear puestos adaptados para quienes sufrimos una discapacidad en acto de servicio. Somos profesionales vocacionales y hemos peleado por entrar. No pueden darnos la espalda cuando algo nos ocurre. Necesitamos más apoyo real y más oportunidades para seguir prestando el servicio y sirviendo a nuestro deber.